En cada estación podemos florecer cuando estamos conectados a la fuente de vida, en Cristo podemos ver vida en los lugares donde todo parece muerto, podemos ver fe en donde parece que no la existe, podemos ver sanidad aunque el diagnóstico diga lo contrario, podemos ver restauración en lo que está en ruinas, podemos ver el espíritu de resurrección soplando aliento de vida.
Decide creer, decide florecer. Conéctate a la fuente de vida y nunca tendrás sed.
Los pensamientos de Dios no son nuestros pensamientos, cuando te conectas a su fuente puedes ver lo correcto. FLORECE.
Isaías 55:8-9
8 Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. 9 Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.
Florecer es creer, aún en medio de lo que tú crees que no puedes hacer, florecer es tener fe en donde parece que todo se va caer, florecer es saber que tu carácter está siendo moldeado, florecer es entender que para los hijos de Dios todo obra para bien, florecer es amar lo que en tus fuerzas parece imposible, florecemos cuando extendemos el perdón a los que nos han lastimado; ¡Amén! a veces vemos esas jacarandas hermosas que pintan de lila nuestra ciudad en primavera y es muy fácil solo verlas no pensar en el proceso que tuvieron para florecer de esa manera, así como es muy sencillo ver a alguien en éxito, observarlo de lejos y pensar que siempre ha sido así su vida, pero la realidad es que no, la realidad hubo un proceso para llegar a ese grado de florecimiento, y no siempre fue sencillo.
Florecer es creer que lo que Dios dijo se cumplirá así vengan mil personas y te digan se ve puro desierto, y tú con seguridad digas ¡no! esto que ves es florecimiento,
¡¡¡ Aleluya !!! ¡Amén!
Debemos tener la fe para sembrar un jardín, y mientras lo hacemos lo vemos lleno de flores.
“Las hijas de Dios florecemos en cualquier estación, si nos mantenemos firmes a la confesión de su palabra”.